Este proyecto nos llevó hasta Kiyú, donde trabajamos bajo una modalidad semi-presencial: realizamos relevamientos in situ y desarrollamos el proyecto de forma remota. La intervención abarcó tres espacios clave de la vivienda: baño, cocina y living comedor integrado.
Los clientes buscaban una cocina amplia, luminosa y contemporánea, con una impronta moderna y funcional. Diseñamos un sistema de mobiliario simétrico con perfilería embutida, utilizando un mix de terminaciones en melamínico Aluminio y Santorini, que aportan textura y calidez. Uno de los pedidos principales fue incorporar el anafe en la isla junto a una campana exenta, y generar una barra funcional para cinco o seis comensales.
Además, propusimos un sector destinado a la deco y objetos personales, logrando continuidad visual al replicar el tono gris de los bajomesadas en los módulos superiores. La configuración del espacio nos permitió trabajar con puntos de tensión visual opuestos y simétricos, una variable que se replicó en toda la vivienda, generando un equilibrio atractivo y dinámico.
La estufa, pieza central del living, se ubica en oposición al espacio destinado a la pecera, creando un diálogo visual entre lo cálido y lo contemplativo. Un proyecto donde cada detalle fue pensado para reflejar la forma de habitar de sus propietarios.
