En este proyecto trabajamos en la transformación de un espacio de cocina existente, con el objetivo de integrarla al comedor manteniendo un equilibrio entre conexión visual y privacidad funcional. El resultado es un ambiente amplio, fresco y sumamente luminoso, donde cada decisión de diseño responde tanto a lo estético como a lo cotidiano.
La combinación de terminaciones en madera natural, blanco puro y detalles en dorado aportan una estética contemporánea, armoniosa y atemporal. Esta paleta, junto con la simplicidad de las formas y el orden visual, genera una atmósfera cálida y elegante.
La iluminación, protagonista indiscutida del espacio, no solo responde a necesidades prácticas, sino que también realza el diseño general. Las luminarias colgantes destacan el núcleo central de la cocina, convirtiéndolo en un punto de encuentro que combina calidez y sofisticación.
